Para vender la casa y además obtener un mejor precio, hay que presentarla lo más ordenada y limpia posible, ya que una primera buena impresión es fundamental.
Se deben reparar cualquier desperfecto que pudiera tener la vivienda, como por ejemplo problemas de fontanería, pintura, humedades, cableado eléctrico o la rotura de mobiliario.
También se debe valorar la posibilidad de realizar pequeñas reformas que mejoren el aspecto de la casa, como cambiar muebles, cortinas, lámparas, suelos, alicatados, griferías o sanitarios. Se trata de realizar una pequeña inversión para darle un mayor valor a la vivienda.
Existe una técnica dedicada a la preparación de la vivienda con el objetivo de agilizar su venta. Para ello, se deben cuidar detalles como:
- Destacar los puntos fuertes de la vivienda.
- Optimizar la iluminación.
- Modernizar el ambiente y la decoración.
- Reparar los desperfectos materiales leves.
- Despersonalizar los espacios.
- Cuidar los olores.
- Optimizar las estancias evitando tanto la sobrecarga como los espacios vacíos.
Los datos demuestran que emplear estas técnicas para presentar convenientemente la casa a los potenciales compradores agiliza su venta y se consigue un mejor precio.